Cuando la indisciplina y la desunión sepultaron las proezas del Libertador. Por Eduardo Rivero. 17-12-2018.



En su última proclama, luego de haber batallado durante casi diecinueve años El Libertador Simón Bolívar sentenciaba “Habéis presenciado mis esfuerzos para plantear la libertad donde reinaba antes la tiranía. He trabajado
con desinterés, abandonando mi fortuna y aun mi tranquilidad. Me separé del mando cuando me persuadí que desconfiabais de mi desprendimiento. Mis enemigos abusaron de vuestra credulidad y hollaron lo que me es más sagrado, mi reputación y mi amor a la libertad. He sido víctima de mis perseguidores, que me han conducido a las puertas del sepulcro. Yo los perdono”, en consecuencia los enemigos de la Patria y la oligarquía venezolana aliada aprovechaban la falta de unidad, la indisciplina de los patriotas para despedazar los logros y hazañas del hombre de las dificultades. Tantos años de lucha perdidos, tanta sangre derramada en vano, porque luego se perdió la Patria en los años subsiguientes.
Hoy la historia parece querer repetirse, ante la inconciencia de un gran grupo de militantes del propio chavismo, los cuales no comprenden el momento histórico, se prestan de forma indirecta para minar la necesaria unidad dentro de la nación bolivariana, en nuestra visión estas posiciones se deben más al impacto que ha causado la guerra imperial económica en la vida venezolana, dañando la capacidad de compra del pueblo en áreas como alimentos, salud, ropa y calzados principalmente. Una parte del chavismo peligrosamente no comprende que las fuerzas imperiales son muy poderosas, debido a su hegemonía en el sistema económico y financiero internacional, y que su estrategia parte de chantajear a los venezolanos y venezolanas ante su firme decisión de libertad e igualdad social.
Desde el propio libertador se pudo observar que esta lucha no sería fácil, y que nos colocarían palos en las ruedas de la carreta, desde su pensamiento sabio “temo más la paz que la guerra” refiriéndose por supuesto a la guerra convencional, donde en los momentos de paz relativa había más peligro por el poder financiero del enemigo opresor, que en los propios momentos de guerra abierta. Tal cual como sucede hoy en Venezuela, una guerra de baja intensidad donde son empleados múltiples dimensiones y factores a la vez para mermar el espíritu de lucha nacional, todo ello ante la imposibilidad de derrocar al gobierno del pueblo por otros medios.
Hoy más que nunca y por el bien de nuestros hijos, hijas y nietos, es imprescindible escuchar el canto clemente del Padre Libertador y de nuestro Gigante Chávez en sus últimas proclamas, (...) Bolivar: “Si mi muerte contribuye a que cesen los partidos y se consolide la unión, yo bajaré tranquilo al sepulcro”; “Unidad” (...) Chavez:
"Si en algo debo insistir en este nuevo escenario, en esta nueva batalla, en este nuevo trance —diría un llanero por allá— bueno es en fortalecer la unidad nacional, la unidad de todas las fuerzas populares, la unidad de todas las fuerzas revolucionarias, la unidad de toda la Fuerza Armada, mis queridos soldados, camaradas, compañeros; la unidad del Ejército, mi Ejército, mi amado Ejército. El Ejército, la Marina, m amada Marina. Digo porque los adversarios, los enemigos del país no descasan ni descansarán en la intriga, en trata de dividir, y sobre todo aprovechando circunstancias como estas, pues. Entonces, ¿cuál es nuestra respuesta? Unidad, unidad y más unidad. ¡Esa debe ser nuestra divisa! Mi amada Fuerza Aérea, mi amada Guardia Nacional, mi amada Milicia. ¡La unidad, la unidad, la unidad!"
 Eduardo Rivero
Analista de temas Estratégicos Geopolíticos
eduardokemp@hotmail.com
@Eduardo_jrc

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