El ataque de las élites estadounidenses aunque previsible a través del caso Chevron, era realmente inimaginable por ser prácticamente un tiro al propio pie para estas dirigencias gringas, una situación sumamente extraña, ilógica, anormal e irracional.
Estaba claro que deberíamos estar preparados para cualquier acción de agresión de los racistas supremacistas, pero aún así era difícil imaginar por donde vendría el golpe; y desde mi óptica, es un fuerte golpe a nuestra nación, del cual se desprenderá una difícil situación a la que el pueblo una vez más deberá enfrentar y vencer.
Este nuevo ataque está dirigido en principio a debilitar el ya golpeado sistema económico venezolano con sus arrastradas deficiencias salariales; al intentar dejar sin divisas una vez más al sistema cambiario de la nación, ya que Chevron aporta una parte importante de las divisas que obtiene el Estado; a fin de generar un proceso inflacionario que destruya al Bolívar, para impactar por supuesto al resto de actividades económicas, y pasar posteriormente a derribar la producción petrolera, entonces por ende; causar daño importante a la industria nuevamente, sin descartar un posible ciberataque contra cualquier infraestructura crítica nacional que signifique impacto social.
Es previsible que dicha estrategia busque ir atacando sector por sector de manera progresiva y sigilosa, a la par del ataque con Exxon Mobil por el lado del Esequibo, a fin de desgastar nuestros esfuerzos en el intento de mantener la normalidad y el avance de nuestros procesos económicos. Todo un plan muy maquiavélico con el que pudieran buscar impulsar un lobbie militar-industrial y así generar una invasión, con el fin de tomar el control directo de nuestras reservas petroleras, las cuales están catalogadas como las mayores del planeta.
Adicional, la ofensiva es múltiple y difícil de percibir, además de los ataque ya mencionados, la administración Trump buscará incrementar la guerra económica, acentuar la caída de los precios del petróleo ya bastante mermados con su estrategia de especulación en la bolsa, aparte de intentar eliminar el resto de licencias de las otras compañías petroleras como Repsol o Relliance, que mantienen un formato similar al que tenía Chevron con PDVSA, para intentar enterrar los esfuerzo del pueblo y la Revolución Bolivariana, por lo que como dice el sabio refrán, ¡Guerra avisada, no mata soldado!; así que todas y todos a estar preparados para una nueva batalla de Carabobo, por la victoria y por la esperanza.
Eduardo Rivero
Analista de Temas Geopolíticos
@Kemp_Edwardo
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