En este sentido, es de real interés analizar las causas por las cuales nuestro país a pesar de haber contado con grandes recursos, hombres y mujeres de gran nivel, no se pudo desarrollar como potencia entre las naciones suramericanas. Haciendo un análisis retrospectivo, podemos ver que las naciones potencias, tal cual como se conocen hoy, fueron producto en gran porcentaje, del desarrollo de las actividades energéticas a gran escala, partiendo desde la Revolución Industrial con la utilización del carbón en Inglaterra, implementación permitida por la invención de la máquina de vapor por esos años de 1700, posteriormente la posibilidad del uso del petróleo, el cual supera ampliamente al carbón y al resto de las fuentes, permitió multiplicar ese desarrollo a la enésima potencia.
La potencialidad del petróleo como combustible base de esos Estados, redundo en el incremento de la capacidad de producción de riqueza material, ya que el petróleo produce tanta riqueza que permite la inversión de esas ganancias en el resto de los sectores económicos, aunado a la voluntad de hombres y mujeres con visión estratégica para sus países; por el contrario, en Venezuela fueron suprimidos todos los intentos de constituir un proceso de desarrollo de tales magnitudes (impulsado en parte por esos mismos países que se iban desarrollando) por parte de líderes como Zamora, Cipriano Castro y Medina Angarita. Al fallecer nuestro gran visionario y líder mundial Simón Bolívar, siguieron hombres con baja capacidad estratégica mundial, que no supieron interpretar la realidad internacional donde se movía Venezuela y a pesar de ser grandes estrategas a lo interno, terminaron sucumbiendo ante los planes hegemónicos de intereses extranjeros, comenzando por los del magnate petrolero norteamericano J.D. Rockefeller.
El punto de quiebre para comprender como fue frenada Venezuela en esta carrera desarrollista puede ser medido en la eliminación de una empresa petrolera propia de los venezolanos, como lo fue la Petrolia del Táchira, esta empresa, que fue la primera mixta en el mundo (Capital privado venezolano y público) de haberse mantenido en el tiempo, se hubiera convertido en lo que es en la actualidad PDVSA, con el diferencial que hubiese contribuido desde principios del siglo pasado a ese desarrollo conjunto del que hablamos, hecho que no se pudo lograr por la traición de hombres como Juan Vicente Gómez, el cual fue quien llevo a cabo los pasos más firmes para la eliminación de la Petrolia del Táchira, auspiciado por factores ingleses y estadounidenses.
A partir del derrocamiento de Cipriano Castro por parte de Gómez, los venezolanos no pudimos desarrollar las actividades energéticas que si pudieron EE.UU. y Europa, a costa de nuestro subdesarrollo, y que a pesar de los levantamientos de hombres dignos de reconocimiento histórico como el Gral. Medina Angarita, Rómulo Gallegos y el Gral. Delgado Chalbaud, que entendieron estas variables y ejecutaron con éxitos parciales la aplicación estratégica de los recursos para el bien de toda la Patria, las potencias lograron neutralizarnos. Aun así nuestra sangre guerrera no se rinde, y desde 1998 con la llegada de la Revolución retomamos por fin y para siempre, ese camino esquivo, para de una vez por todas culminar la obra total de ver a Venezuela como lo ordena el 3er objetivo del Plan de la Patria legado por el Comandante Supremo Hugo Chávez, Ver a Venezuela como la Potencia de Suramérica.
Eduardo J. Rivero.
Movimiento para el Conocimiento Popular Miranda
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