¿Inseguridad ó control del petróleo?


Las raíces que generan la inseguridad tienen múltiples factores y variables, en las cuales intervienen desde la falta de principios y moral hasta la ineficacia de los dirigentes políticos dentro un Estado Burgués donde reina el burocratismo y en general dentro de una sociedad deshumanizada por los valores impuestos del capital, la guerra por la supervivencia sin importar que se le pase por encima al prójimo. Estas realidades nos perjudican a todos los venezolanos y venezolanas sin excepción, derivando en un problema de complejidad extrema que debemos atacar en conjunto tanto los que estamos con la revolución, como los que se oponen porque de lo contrario nunca se resolvería el problema.

En un artículo de orden científico y que recomiendo, de Bernardo Klisberg, Asesor de la Naciones Unidas, en el cual analiza las causas de la inseguridad no solo en Venezuela sino en toda Latinoamérica, Klisberg comprueba que existen múltiples factores, pero coloca como principales solo tres, como lo son “falta de acceso al empleo”, “falta de acceso a la educación” y “debilitamiento del núcleo familiar” y sostiene que el problema es difícil de resolver por ser de carácter estructural, ósea de raíces profundas de la sociedad, plantea que la solución es sin dudas la aplicación de “políticas sociales” por parte de los gobernantes y no la represión ni colocar un policía por cada cuadra ya que también los policías son seres humanos y como muchos o caen en las mafias estimuladas por los factores malignos de la sociedad principalmente por necesidad o también caen como victimas de la propia inseguridad.

El problema se resuelve con políticas sociales, con inclusión. Comparto este planteamiento del investigador, aún así agrego a este buen análisis, que existe un factor no tomado en cuenta y que es de vital importancia, “la lucha mundial por controlar las reservas de petróleo” y de la cual Venezuela es la parte más importante por poseer las más grandes (297.600.000.000 de barriles certificados) en todo el planeta. Sin dudas se debe intentar prevenir el crimen y el delito en un plazo corto, es decir, colocar más presencia policial que sirva como factor psicológico ante los criminales y los persuada de cometer fechorías, pero esto no resolverá el problema sino se genera acceso a la educación, a los alimentos y a la salud, sin excepción, lo cual viene haciendo el gobierno bolivariano desde hace 14 años, años que no son suficientes si observamos que el problema lleva arraigado en la sociedad venezolana desde los años 30 o 40, es decir (80 años aproximados).
Ahora, el agotamiento de las reservas petroleras desde el año 1981 y su consiguiente repercusión en la crisis económica y la importancia estratégica en la economía y en la sociedad mundial actual conlleva a que los países más dependientes colaboren a incrementar la desestabilización generando más inseguridad en los países con reservas petroleras, como por ejemplo México (tráfico de armas, paramilitarismo).

Sabemos que EEUU es el mayor productor de armas, pero también es el que consume más petróleo y por tanto el más dependiente, añadiendo que sus reservas petroleras son mínimas, por eso les conviene inundar a México de armas y estimular los valores negativos, para que de esta forma el Estado mexicano no tenga capacidad defensiva ante el desangramiento petrolero por parte de las transnacionales gringas.

El caso es parecido a nuestro país, con el diferencial de que nuestra dirigencia política se opone a las políticas implementadas desde el norte, cosa que no hacen los mexicanos, y aun así los desestabilizan, nadie se salva en esta cruzada diabólica petrolera, ni los aliados y por supuesto menos los adversarios de las potencias.

La inseguridad tiene solución, es a largo plazo, es construyendo un modelo Socialista, donde existan oportunidades de educación y empleo a todos los sectores de la sociedad, Venezuela va sin dudas en ese camino, aunque muchos no lo reconozcan, pero también debemos entender que los poderosos capitalistas no permitirán la construcción de un modelo que valla en contra de sus intereses, primero porque perderían control sobre el petróleo y segundo porque disminuiría su mejor negocio después del energético: la guerra entre todos los humanos y pueblos por sobrevivir matándose unos a otros con las armas que ellos mismos fabrican; mientras ellos gozan un mundo con todo el dinero obtenido en sus lujosos hoteles, playas y hasta aviones y yates.

Eduardo J. Rivero C.
Dirigente estudiantil universitario
08/10/2013

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