A partir del año 2011 (y no hoy día como aseguran algunos que quieren fama) comenzó a concretarse la multipolaridad promovida por Venezuela a través de los Comandante Chávez y Fidel, de Rusia, Irán y China entre otros pueblos años antes de forma práctica, cuando Rusia y China vetaron por primera vez en la historia una resolución en el Consejo de Seguridad de las Naciones Unida en contraposición del gobierno de EE.UU., ésta fue una realidad imparable en la cual fue derrotada de forma definitiva la unipolaridad imperante desde la caída del bloque soviético en 1991 y la pretensión de una dictadura global ideológica con la declaración errónea del “fin de la historia”.
Posteriormente, la consolidación de dicha multipolaridad a partir de allí (Rusia y China vetan resolución para Siria, https://news.un.org/es/story/2012/02/1234201), ha comenzado a cambiar la configuración de las estructuras mundiales de poder y las consecuentes relaciones internacionales, manifestándose de diversas formas y en distintos escenarios que van desde lo económico, lo petrolero, lo tecnológico o financiero hasta llegar a lo diplomático o comercial.
Es así como, en la década del 2010 se presentaron dos hechos claves para dicha dialéctica, el primero en 2014, cuando China pasó a ser la mayor potencia económica del mundo con un PIB de 21 billones de dólares, desplazando por primera vez en la historia a los EE.UU., quien se mantenía en esa posición luego de décadas; y la segunda variable objetiva, ocurrió el 30 de septiembre de 2015 cuando Rusia demostró ser la mayor potencia militar del mundo con su ingreso sorpresa en el conflicto de Siria, derrocando magistralmente la estrategia de los estadounidenses (El Tio Sam boquiabierto, la estrategia de Putin, https://geopoliticabolivariana.blogspot.com/2017/01/el-tio-sam-boquiabierto-la-estrategia.html?m=1), presentando las mejores armas del mundo desde ese momento, al bombardear y debilitar al grupo mercenario “Estado Islámico” los cuales habían sido adiestrados en la base de Guantánamo, financiados y dirigidos por Estados Unidos contra el gobierno socialista del presidente Bashard Al Asad desde Irak y Afganistán.
Estos dos eventos sumados a la resistencia del pueblo de Venezuela junto al líder mundial obrero Nicolás Maduro para evitar su invasión y muchas otras variables contrarias a los planes estadounidenses, terminaron por desesperar a las élites que gobiernan EE.UU. y llevarlos a cometer muchos errores de cálculo afectando su política exterior. Situación que hoy se ve reflejada totalmente en el caso de Ucrania donde Rusia no solo le dicta una cátedra de geoestratégica, sino que se termina de demostrar el derrumbe total del imperio gringo, de su “Orden Mundial” y de todo el sistema hegemónico que habían logrado montar desde 1945 hasta hoy.
Eduardo Rivero
Analista de Temas Geopolíticos
Eduardokemp2140@gmail.com
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