El desenlace en cuanto a la filial CITGO y su vital recuperación por parte de Venezuela se tornan sumamente complejos debido a múltiples factores. Ante todo existe enorme confusión en su narrativa por la propia complejidad del tema por una parte; y por supuesto debido a factores interesados de que así sea por la otra, como en casi todos los temas político-estratégicos que involucran a PDVSA y Venezuela.
Primeramente la narrativa elitista impone el supuesto de que “EE.UU. protege a CITGO” mediante la emisión de unas licencias a través la OFAC, cuando en realidad lo que están manteniendo es su apropiación indebida, evitando que las empresas que sostienen demandas en contra, consumen la pretendida subasta que han exigido a través del tribunal de Delaware, pero a la vez sostienen la usurpación ilegal con una Junta Administrativa dirigida por Juan Guaidó, Dinorah Figuera y su combo delincuencial que se presta para mantener el robo de éstos activos pertenecientes a todo el pueblo venezolano.
¡La lucha por la filial CITGO se perfila como el nuevo Esequibo para el pueblo de Venezuela!
Ésta empresa venezolana filial de PDVSA en EE.UU. posee 3 refinerías con una capacidad aproximada de más de 700.000 barriles diarios de petróleo adicional a 45 terminales de almacenamiento y 5.000 estaciones de servicios distribuidas en todo el territorio de EE.UU. que implican la propiedad de importantes activos tangibles e intangibles que pertenecen al pueblo de Venezuela (con valor de 12 mil millones hoy y 2 mil millones de ganancias netas por año).
La estrategia de EE.UU. para robarla consistió en actuar dentro del marco sancionatorio contra Venezuela, primero desconocer al gobierno legítimo del Presidente Nicolás Maduro para anteponer a Juan Guaidó con su autoproclamación, lo que le permitió volver ambigua la representación de Venezuela en el exterior. Segundo, a partir de 2019 mediante la aprobación por Donald Trump de la Orden Ejecutiva #13884 que permitió el embargo de cualquier activo de Venezuela en los EE.UU., auspiciaron la colocación de una junta petrolera paralela llamada “Ad Hoc” que hoy administra todos los activos de la empresa CITGO.
Desde ése entonces EE.UU. ha emitido más de 10 licencias para la supuesta “protección” de la empresa (como la reciente GL#5 sobre los Bonos), pero en realidad lo que ha hecho es sostener el secuestro de la misma, impidiendo que se ejecuten las sentencias del juez estadounidense encargado del caso Leonard Stark, a la vez que mantiene una junta administrativa ilegal, para emplearla como una ficha de juego político contra el gobierno bolivariano y así poder chantajear todo nuestro accionar como un pueblo libre y soberano. Por supuesto, ante éste inmoral chantaje de nueva data, la moral y lucha incansable aportará los elementos necesarios para recuperarla, el estirpe del pueblo de Simón Bolívar y Hugo Chávez una vez más ¡vencerá!.
Eduardo Rivero
Docente Universitario/Investigador/Temas Geopolíticos
Eduardokemp2140@gmail.com
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